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Contenido
- 1Introducción
- 1.1 Breve presentación del Palacio de Gelmírez
- 1.2 Importancia histórica y arquitectónica dentro del conjunto catedralicio
- 2Historia del Palacio de Gelmírez
- 2.1 Orígenes y construcción
- 2.2 Relación con Diego Gelmírez, primer arzobispo de Santiago
- 2.3 Transformaciones a lo largo de los siglos
- 3Arquitectura y diseño del Palacio de Gelmírez
- 3.1 Estilo arquitectónico: románico y elementos góticos
- 3.2 Estructura del palacio: distribución de espacios principales
- 3.3 Detalles destacados: bóvedas, capiteles y elementos decorativos
- 4Espacios emblemáticos del Palacio de Gelmírez
- 4.1 La Sala Sinodal: su función y detalles arquitectónicos
- 4.2 El salón de Ceremonias: bóvedas de crucería y decoración románica
- 4.3 El Balcón sobre la Plaza del Obradoiro: vista panorámica y su simbolismo
- 5Relación del Palacio de Gelmírez con la Catedral y la ciudad de Santiago
- 5.1 Uso litúrgico, administrativo y residencial en el pasado
- 5.2 Conexión con el desarrollo urbano y cultural de Santiago de Compostela
- 6El Palacio de Gelmírez como atractivo turístico Su relevancia como parte del recorrido de la Catedral
- 6.1 Su relevancia como parte del recorrido de la Catedral
- 6.2 Experiencia para los visitantes: qué ver y qué no perderse
- 6.3 Actividades y exposiciones ocasionales en el palacio
- 7Anécdotas y curiosidades del Palacio de Gelmírez
- 7.1 Eventos históricos significativos celebrados en el palacio
- 7.2 Leyendas y relatos populares asociados al edificio
- 8Conclusión
- 8.1 La relevancia del Palacio de Gelmírez como joya arquitectónica y cultural
- 8.2 Invitación a explorar este monumento único en el corazón de Santiago
Introducción
Breve presentación del Palacio de Gelmírez
El Palacio de Gelmírez, situado junto a la Catedral de Santiago de Compostela, es una de las joyas de la arquitectura románica civil en España. Este emblemático edificio, construido inicialmente en el siglo XII por mandato del primer arzobispo de Santiago, Diego Gelmírez, destaca por su rica historia y su papel como centro de recepción para dignatarios civiles y religiosos. Sus espacios combinan funcionalidad y belleza, reflejando la influencia de los grandes palacios episcopales de la época.
Este palacio no solo fue residencia arzobispal, sino también un lugar de encuentro y celebración, con estancias como su espectacular salón de banquetes o su histórica cocina medieval. Su importancia trasciende los muros de piedra, convirtiéndose en un testimonio vivo de la grandeza cultural y espiritual de la Compostela medieval.

Importancia histórica y arquitectónica dentro del conjunto catedralicio
El Palacio de Gelmírez es un ejemplo excepcional de cómo la arquitectura civil puede integrarse perfectamente en un conjunto religioso de la magnitud de la Catedral de Santiago. Su construcción, impulsada en un contexto de efervescencia cultural y artística, fue clave para consolidar el poder eclesiástico y la relevancia política de Santiago en la Edad Media.
A lo largo de los siglos, el palacio ha experimentado numerosas transformaciones, desde los añadidos góticos de don Juan Arias hasta las remodelaciones barrocas y neoclásicas de los siglos XVIII y XIX. Sin embargo, su esencia románica se conserva en elementos tan icónicos como su "Salón de Armas" y las ménsulas decoradas del salón superior, que narran con notable realismo la vida y los banquetes de la época.
Este edificio no solo complementa la monumentalidad de la Catedral, sino que refuerza su papel como epicentro de la vida cultural, política y espiritual de Galicia. En el presente, el Palacio de Gelmírez sigue siendo un símbolo de la historia viva de Santiago, invitando a los visitantes a recorrer sus estancias y descubrir su riqueza artística y arquitectónica.
Historia del Palacio de Gelmírez
Orígenes y construcción
El Palacio de Gelmírez es uno de los pocos ejemplos de arquitectura románica civil que han perdurado en España. Su historia se remonta al siglo XII, cuando comenzó la construcción de un nuevo edificio tras los daños sufridos por el primitivo palacio arzobispal, ubicado al sur de la catedral, durante las revueltas de 1117. Este nuevo palacio, adosado al lado norte de la Catedral de Santiago, empezó a edificarse en torno a 1120 bajo la iniciativa de Diego Gelmírez, en un contexto en el que las obras de la catedral avanzaban lentamente.
El diseño inicial del palacio reflejaba las necesidades de la época, combinando funcionalidad con la magnificencia que demandaba su uso como residencia y lugar de recepción para dignatarios civiles y religiosos. Desde su concepción, el Palacio de Gelmírez no solo complementó la grandeza de la catedral, sino que también se consolidó como un símbolo del poder eclesiástico en Compostela.
Relación con Diego Gelmírez, primer arzobispo de Santiago
Diego Gelmírez, el primer arzobispo de Santiago, fue la figura clave en la construcción del palacio que lleva su nombre. Visionario y gran impulsor de las obras catedralicias, Gelmírez entendió la importancia de dotar a la sede compostelana de una residencia acorde con su creciente influencia política y religiosa. Bajo su liderazgo, el Palacio se convirtió en un epicentro del poder eclesiástico, destacando no solo como un espacio habitacional, sino también como lugar de encuentro y celebración.
La huella de Gelmírez se refleja en la monumentalidad del edificio y en su concepción arquitectónica, inspirada en los grandes palacios episcopales franceses de la época. Este enfoque reforzó la conexión de Santiago con las corrientes artísticas y culturales del resto de Europa, consolidando su estatus como un importante enclave del Camino de Santiago.
Transformaciones a lo largo de los siglos
A lo largo de su historia, el Palacio de Gelmírez ha sido objeto de diversas transformaciones que han moldeado su apariencia actual. En el siglo XIII, el arzobispo don Juan Arias realizó ampliaciones en estilo gótico, añadiendo estancias representativas que enriquecieron el conjunto. Siglos después, en los XV y XVI, los prelados Lope de Mendoza y Alonso de Fonseca contribuyeron con una planta adicional que reforzó la estructura del edificio.
El aspecto definitivo del palacio llegó en el siglo XVIII, cuando se realizaron reformas en su fachada que, aunque reforzaron su solidez, ocultaron parte de su trazado medieval. Posteriormente, en el siglo XIX, se añadieron dependencias destinadas a la residencia arzobispal y a las oficinas de la curia, adaptando el edificio a las necesidades de la Iglesia compostelana en tiempos modernos.
A pesar de estos cambios, el Palacio de Gelmírez conserva elementos originales, como su "Salón de Armas" y su emblemática cocina medieval, que ofrecen un vistazo a la Compostela del siglo XII. Estas transformaciones son testimonio de su evolución como un espacio vivo, en constante diálogo entre su rica historia y las demandas de cada época.


Arquitectura y diseño del Palacio de Gelmírez
Estilo arquitectónico: románico y elementos góticos
El Palacio de Gelmírez es un ejemplo excepcional de la arquitectura románica civil, un estilo poco habitual en su época. Construido inicialmente en el siglo XII, destaca por su sobriedad y funcionalidad, combinadas con la monumentalidad que requería su uso como residencia y espacio ceremonial. Las bóvedas de arista, las columnas robustas y los arcos de medio punto son características clave del diseño románico que predominan en su estructura original.
Con el paso de los siglos, se incorporaron elementos góticos que enriquecieron el conjunto. Estas transformaciones, iniciadas en el siglo XIII bajo el arzobispo don Juan Arias, añadieron elegancia y complejidad al palacio, reflejando la evolución estilística de la arquitectura religiosa y civil. Ejemplo de ello son las nuevas estancias y detalles decorativos que introducen una mayor verticalidad y ornamento, propios del estilo gótico.
Estructura del palacio: distribución de espacios principales
El Palacio de Gelmírez está distribuido en varios niveles y zonas que responden a su función residencial y ceremonial. Desde la entrada, ubicada en la Plaza del Obradoiro, se accede al edificio a través de una discreta puerta de medio punto que conduce a un zaguán. Este espacio inicial conecta con el "Salón de Armas", una imponente sala de cinco tramos con bóvedas románicas sostenidas por columnas agrupadas en haces de cuatro.



En el nivel superior se encuentra el salón principal, una sala de grandes dimensiones concebida como el epicentro del palacio. Su planta abarca tres tramos de la estructura inferior y se divide en una nave principal y un extremo más reducido, generando un espacio de gran impacto visual que se utilizaba para recepciones y ceremonias. Otras áreas destacadas incluyen la cocina del siglo XII, única en su diseño, y un pasadizo que conecta la fachada de la Azabachería con la Plaza del Obradoiro, reforzando la conexión entre el palacio y la ciudad.

Detalles destacados: bóvedas, capiteles y elementos decorativos
El interior del Palacio de Gelmírez es un despliegue de arte y técnica medieval. Las bóvedas de arista en el Salón de Armas, además de ser un logro estructural del románico, confieren al espacio una sensación de robustez y solemnidad. En contraste, las bóvedas de crucería del salón superior, más decoradas y con elementos góticos, aportan ligereza y dinamismo al conjunto.
Los capiteles y ménsulas del palacio son un ejemplo destacado del arte escultórico de la época. En el salón superior, las ménsulas representan escenas de banquetes, con detalles que evocan los festines medievales: sirvientes, alimentos típicos como panes y empanadas, y músicos con instrumentos como fídulas y arpas. Estas escenas, cargadas de simbolismo, ofrecen una visión de la vida cotidiana y ceremonial en el siglo XII.


Otros elementos notables incluyen la chimenea del Salón de Armas, adornada con capiteles vegetales, y la ventana ajimezada que ilumina la estrecha escalera hacia la cocina. Estos detalles, junto con las influencias del taller del Maestro Mateo en algunos relieves, consolidan al Palacio de Gelmírez como un monumento de gran valor histórico y artístico.
Espacios emblemáticos del Palacio de Gelmírez
La Sala Sinodal: su función y detalles arquitectónicos
La Sala Sinodal del Palacio de Gelmírez es uno de los espacios más significativos de este edificio histórico, diseñado para albergar reuniones eclesiásticas y de gobierno. Este salón refleja la importancia política y religiosa que tuvo Santiago de Compostela en la Edad Media.

Arquitectónicamente, destaca por su diseño sobrio y funcional, característico del estilo románico. Las bóvedas de arista que cubren la sala se sustentan en columnas robustas con capiteles decorados con motivos vegetales, evidenciando el trabajo de los artesanos locales y la influencia del taller del Maestro Mateo. Esta sala no solo era un lugar de deliberación, sino también un testimonio del poder de la iglesia compostelana en la toma de decisiones clave para la diócesis y la región.
El salón de Ceremonias: bóvedas de crucería y decoración románica
El salón de Ceremonias, también conocido como el salón principal del palacio, es el corazón ceremonial del edificio. De proporciones amplias y majestuosas, esta sala era utilizada para recepciones oficiales y festines solemnes, simbolizando la opulencia y hospitalidad de la diócesis.
Su techo está cubierto por bóvedas de crucería de poca altura, un detalle arquitectónico que combina la robustez románica con la delicadeza del gótico incipiente. La decoración del salón es un verdadero relato visual: las ménsulas, esculpidas con escenas de banquetes medievales, representan a sirvientes ofreciendo viandas y músicos tocando instrumentos como el organistrum o la doble flauta, evocando las celebraciones de la época. Estas escenas no solo documentan las costumbres gastronómicas y culturales, sino que también reflejan la pervivencia del estilo artístico del Pórtico de la Gloria, conectando el salón con el legado del Maestro Mateo.
El Balcón sobre la Plaza del Obradoiro: vista panorámica y su simbolismo
El balcón del Palacio de Gelmírez que da a la Plaza del Obradoiro es un espacio cargado de simbolismo y funcionalidad. Desde este punto, los altos dignatarios de la iglesia podían observar las celebraciones, procesiones y actividades que tenían lugar en la plaza, reforzando su papel como intermediarios entre lo sagrado y lo terrenal.
La vista desde el balcón, que abarca la majestuosidad de la Catedral de Santiago y el bullicio de la plaza, conecta el pasado con el presente, invitando al visitante a reflexionar sobre el significado de este emblemático espacio. Más allá de su función ceremonial, este balcón simboliza la unión entre el poder eclesiástico y el entorno urbano, siendo un lugar privilegiado que subraya la centralidad del Palacio de Gelmírez en la vida cultural y social de Compostela.
Relación del Palacio de Gelmírez con la Catedral y la ciudad de Santiago
Uso litúrgico, administrativo y residencial en el pasado
El Palacio de Gelmírez desempeñó un papel esencial en la historia de Santiago de Compostela, combinando funciones litúrgicas, administrativas y residenciales. Como residencia del arzobispo, este edificio se erigió como un símbolo de poder eclesiástico y político. Desde aquí se coordinaban las actividades litúrgicas de la catedral, reflejando su estrecha vinculación con el culto al Apóstol Santiago. Además, el palacio servía como espacio para la recepción de dignatarios eclesiásticos y civiles, consolidando la importancia de Santiago como un centro religioso y diplomático de alcance europeo.
Su uso administrativo incluía la impartición de justicia, con referencias históricas al atrio de Platerías como lugar de decisiones judiciales. Por otro lado, el carácter residencial del palacio lo convirtió en un lugar de descanso y gestión diaria para los arzobispos, destacando espacios como la cocina del siglo XII, un ejemplo único de la arquitectura doméstica medieval, y el Salón Sinodal, destinado a reuniones de alto nivel.
Conexión con el desarrollo urbano y cultural de Santiago de Compostela
El Palacio de Gelmírez no solo es un testigo de la evolución arquitectónica, sino también un actor clave en el desarrollo urbano y cultural de Santiago de Compostela. Adosado al lado norte de la catedral, el palacio influyó en la organización espacial de la ciudad, creando un vínculo directo entre los ámbitos religioso, administrativo y social. Su pasadizo, que conecta la fachada de la Azabachería con la Plaza del Obradoiro, refuerza esta integración urbana al facilitar la movilidad en un entorno cargado de simbolismo.
Culturalmente, el palacio contribuyó al esplendor artístico de Santiago. Sus elementos decorativos, como las ménsulas esculpidas con escenas de banquetes y músicos, reflejan la riqueza cultural de la época y la influencia del taller del Maestro Mateo. Este espacio no solo fue un escenario de poder, sino también un núcleo de creatividad que dejó un impacto duradero en el patrimonio artístico de Galicia.
La transformación del palacio a lo largo de los siglos, con añadidos góticos, renacentistas y neoclásicos, ilustra su adaptación a las necesidades cambiantes de la ciudad y su papel en la configuración de Santiago como destino de peregrinación y centro cultural de referencia.
El Palacio de Gelmírez como atractivo turístico Su relevancia como parte del recorrido de la Catedral
Su relevancia como parte del recorrido de la Catedral
El Palacio de Gelmírez es una parada obligatoria para quienes visitan la Catedral de Santiago de Compostela, ya que forma parte integral de su complejo monumental. Adosado al lado norte de la catedral, este palacio combina la majestuosidad arquitectónica con una rica historia, ofreciendo a los visitantes una conexión única con la época medieval. Su proximidad a la Plaza del Obradoiro facilita el acceso, convirtiéndolo en un punto estratégico dentro del recorrido turístico. Además, su arquitectura románica y sus posteriores añadidos góticos y neoclásicos lo convierten en un lugar que complementa y enriquece la experiencia de visitar la catedral, al revelar aspectos menos conocidos del legado episcopal de Santiago.
Experiencia para los visitantes: qué ver y qué no perderse
La visita al Palacio de Gelmírez es una experiencia inolvidable gracias a sus múltiples atractivos. Entre los imprescindibles se encuentra el Salón de Banquetes, una imponente sala del siglo XII decorada con escenas esculpidas que representan banquetes medievales y músicos, mostrando la vida y las costumbres de la época. Otro punto destacado es la cocina románica, con su fogón original y una bóveda de cañón diseñada para evacuar el humo, un raro ejemplo de espacios domésticos medievales.
No se debe pasar por alto el pasadizo que conecta la fachada de la Azabachería con la Plaza del Obradoiro, que refuerza la conexión urbana del palacio y proporciona una visión única del entramado histórico de la ciudad. Por último, el balcón sobre la Plaza del Obradoiro ofrece una vista espectacular, permitiendo a los visitantes apreciar la grandeza del entorno desde una perspectiva privilegiada.
Actividades y exposiciones ocasionales en el palacio
El Palacio de Gelmírez también destaca por su oferta cultural dinámica, que incluye actividades y exposiciones temporales. Estas iniciativas permiten a los visitantes explorar aspectos históricos, artísticos y religiosos en mayor profundidad, utilizando espacios del palacio como escenario para eventos especiales. Exposiciones sobre el arte románico, la vida medieval o la importancia del Camino de Santiago enriquecen la experiencia turística.
Además, el palacio se ha convertido en un lugar para eventos culturales, como conciertos de música antigua y conferencias sobre historia y patrimonio. Estas actividades contribuyen a mantener vivo el legado del palacio, transformándolo en un espacio que no solo preserva la memoria del pasado, sino que también se adapta a las necesidades culturales contemporáneas. Asegúrate de consultar la programación al planificar tu visita, ya que las actividades varían a lo largo del año.
Anécdotas y curiosidades del Palacio de Gelmírez
Eventos históricos significativos celebrados en el palacio
El Palacio de Gelmírez ha sido testigo de importantes eventos históricos que marcaron la vida política y religiosa de Santiago de Compostela. Uno de los momentos más destacados ocurrió en 1117, durante las revueltas populares contra el arzobispo Diego Gelmírez. El palacio, aún en construcción, fue asaltado por los ciudadanos en protesta por los excesos del poder eclesiástico. A pesar de los daños sufridos, el edificio simbolizó el retorno del orden y la consolidación del poder episcopal tras la represión de las revueltas.
Otro evento significativo fue el banquete que, según algunos historiadores, conmemoró el matrimonio del rey Alfonso IX con Berenguela de Castilla. Este festín, celebrado en el espléndido salón superior del palacio, habría reunido a la nobleza y al clero en un acto que unió la diplomacia con la ostentación. Las esculturas que adornan las ménsulas del salón reflejan escenas de estos banquetes, mostrando con detalle los protocolos y las delicias culinarias de la época, dejando una huella visual y cultural de este tipo de eventos.
Leyendas y relatos populares asociados al edificio
El Palacio de Gelmírez también está envuelto en un halo de misterio, alimentado por leyendas y relatos populares. Una de las historias más conocidas relata la existencia de pasadizos secretos que conectaban el palacio con distintos puntos de la ciudad, incluyendo el cercano monasterio de San Martín Pinario. Se dice que estos túneles, utilizados para huir o para el transporte discreto de bienes y personas, eran testigos silenciosos de intrigas políticas y religiosas.
Otra leyenda señala que, en noches de tormenta, se pueden escuchar ecos de antiguos banquetes resonando en el salón superior. Según la tradición oral, estas son las almas de los asistentes a un festín maldito, castigados por su soberbia y ostentación. Aunque estas historias carecen de pruebas tangibles, su difusión ha añadido un atractivo místico al palacio, cautivando a visitantes y estudiosos por igual.
Además, algunos relatos populares vinculan las esculturas de músicos en las ménsulas con el Maestro Mateo, el célebre arquitecto del Pórtico de la Gloria. Se dice que las figuras no solo representan instrumentos medievales, sino que esconden mensajes cifrados relacionados con la música celestial, una teoría que ha inspirado a generaciones de investigadores y curiosos.
Estas anécdotas y leyendas no solo enriquecen la visita al Palacio de Gelmírez, sino que también lo convierten en un lugar donde la historia y la imaginación se entrelazan, ofreciendo una experiencia inolvidable para quienes lo descubren.
Conclusión
La relevancia del Palacio de Gelmírez como joya arquitectónica y cultural
El Palacio de Gelmírez es mucho más que un edificio histórico; es un verdadero testimonio de la evolución arquitectónica y cultural de Santiago de Compostela. Como uno de los pocos ejemplos de arquitectura civil románica que han llegado hasta nuestros días, este palacio encarna siglos de historia, desde su construcción impulsada por el arzobispo Gelmírez hasta las transformaciones góticas, renacentistas y neoclásicas que moldearon su aspecto actual.
Sus salas, adornadas con elementos decorativos únicos, como las ménsulas esculpidas y las bóvedas románicas, son un reflejo de la riqueza cultural y espiritual de la época. Además, el palacio no solo fue una residencia arzobispal, sino también un centro de poder y un lugar de celebraciones que definieron momentos históricos cruciales. Este conjunto arquitectónico es, sin duda, una joya patrimonial que conecta a los visitantes con la esencia del Camino de Santiago y la importancia de la ciudad como epicentro religioso y cultural.
Invitación a explorar este monumento único en el corazón de Santiago
El Palacio de Gelmírez te invita a emprender un viaje en el tiempo, donde cada rincón cuenta una historia y cada detalle arquitectónico refleja la maestría de sus creadores. Desde la imponente cocina medieval hasta el magnífico salón superior, cada espacio ofrece una ventana al pasado, haciendo que la experiencia sea tanto educativa como fascinante.
Ubicado en el corazón de Santiago, junto a la emblemática Catedral, este palacio es un punto imprescindible para quienes deseen comprender la profundidad histórica de la ciudad. Sumérgete en sus leyendas, admira la exquisitez de su arte y descubre por qué este monumento es un símbolo de la riqueza cultural de Galicia. Explorar el Palacio de Gelmírez no es solo visitar un edificio, sino vivir una experiencia que quedará grabada en la memoria de quienes lo recorren. ¡No pierdas la oportunidad de maravillarte con este tesoro único en pleno Obradoiro!
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