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Introducción
La Capilla del Cristo de Burgos, situada hacia los pies de la Catedral de Santiago, es una de las capillas “menores” más grandes del templo. A pesar de su denominación, su tamaño, riqueza artística y monumentalidad la convierten en un espacio destacado. Su historia y su decoración barroca incipiente reflejan la evolución arquitectónica y el carácter funerario que la definen.
Historia de la Capilla
Fundada en 1664 bajo el patrocinio del arzobispo Carrillo, la capilla responde a la necesidad de un espacio para la oración privada y el culto. Según la escritura fundacional, Melchor de Velasco diseñó el espacio en tiempos del fabriquero Vega y Verdugo. La capilla simboliza la transición hacia un barroco incipiente, reflejado en sus formas y detalles ornamentales.



Arquitectura y diseño
La planta de cruz griega, poco común en capillas de este tipo, destaca por su equilibrio y monumentalidad. La cúpula, que cubre la capilla, aporta luminosidad y refuerza la sensación de amplitud. Además, incluye dos sacristías y una tribuna elevada, que según la tradición, era usada por el arzobispo Carrillo para su devoción personal.
Monumentos funerarios: Carrillo y García Cuesta
La capilla alberga dos sepulcros orantes de gran valor artístico.
- Cardenal Carrillo: su figura policromada es un ejemplo del naturalismo barroco. Creada por Pedro del Valle, muestra al prelado arrodillado, con atributos de canónigo y un realismo impactante.
- Cardenal García Cuesta: realizado en el siglo XIX por el maestro Cisneros, su estilo naturalista dialoga con el barroco del sepulcro de Carrillo, creando un contraste armónico.


Retablos y decoración artística
Los brazos laterales de la planta cruciforme albergan dos retablos:
- Llanto de San Pedro: una obra emotiva que refleja la penitencia del apóstol.
- Santa María Salomé y familia: dedicado a la madre del Zebedeo y sus hijos.


Ambos retablos, de la escuela de Mateo de Prado, muestran la influencia de Gregorio Fernández, maestro del barroco español. El retablo principal, presidido por la imagen del Cristo de Burgos, es una creación de Mateo de Prado y Bernardo Cabrera, quien introdujo las columnas salomónicas en España.
La imagen del Cristo de Burgos
La capilla recibe su nombre de la talla que preside el altar mayor, una escultura de la escuela burgalesa del siglo XVIII. Este Crucificado, con cabello natural, reemplazó a un lienzo original y se ha convertido en una imagen venerada dentro de la catedral.

Conclusión
La Capilla del Cristo de Burgos es una joya de la Catedral de Santiago. Su riqueza arquitectónica, sus sepulcros monumentales y su decoración barroca incipiente la convierten en un lugar único que combina fe, arte y memoria histórica. Un espacio que conecta el pasado y el presente, recordando la importancia del culto y la trascendencia en el Camino de Santiago.
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